Fiesta de fútbol en 'Albucarque' con dos equipos con semejantes planteamientos para el choque matinal de este sábado. El Leganés sacó brazo remando a contracorriente, pero la pegada del Sevilla ha hecho que los 'pepineros' tengan que postergar su primera victoria en casa.
El Leganés puso toda la carne en el asador desde el principio, cosa que no se esperaba un Sevilla que salió a intentar teñir el partido del color rojo. Sin embargo, una presión alta de los de Garitano hizo que el Sevilla se encontrara ante una situación que le costó casi media hora en asimilar.
La acidez 'pepinera' comenzó con un doble saque de esquina gracias a los continuos despejes de N'Zonzi. La jugada no pasó a males mayores hasta que Luciano y Omar Ramos trataron de morder en dos ocasiones consecutivas, en las que Sergio Rico no tuvo que sacar a la luz todos sus reflejos para disipar el peligro.
La fe del Leganés tocó suelo cuando, a los 25 minutos, Mariano trasladó el cuero por la banda derecha para dejársela a Vietto, que tejió un centro medido hacia la cabeza del solitario Franco Vázquez. Primer disparo, primer gol del Sevilla. La efectividad hispalense fue un jarro de agua fría para un Leganés que continuó insistiendo.
Al borde del descanso, Rubén Pérez se atrevió con un disparo de falta, pero Sergio Rico voló para dejar el "uy" en la grada. Los primeros cuarenta y cinco minutos terminaron con una tangana sobre el césped tras un empujón de Franco Váquez a Rubén Pérez que pudo acabar en expulsión.
Resurrección del Leganés
El partido se reaunudó con los mismos tintes del primer tiempo, pero con la diferencia de que el Sevilla logró poner el 0-2 gracias a una cabalgada de Escudero, que le concedió el último pase a Nasri y no perdonó pese a la parada de Serantes.
Robert sustituyó a Pies y todo cambió. El Leganés logró meterse en el partido gracias al tanto de Timor, que recogió un balón suelto en el área para batir a Sergio Rico con un disparo raso y ajustado. Había que creer.
Butarque empujó como nunca y, tras una resurrección, Szymanowski cazó un pase en largo y a la espalda de la defensa del Sevilla para poner el empate y darle al encuentro la última chispa.
El nerviosismo de los banquillos se extendió sobre el césped. Jorge Sampaoli tensó la cuerda y el Sevilla habló en voz alta. Sarabia se hizo con el balón en el borde del área, nadie le salió al paso y pudo acomodarse para ejecutar un magnífico disparo con parábola inalcanzable para Serantes.
El Sevilla logró hacerse con los tres puntos en la fiesta de 'Albucarque' para acabar con la maldición de partidos fuera de casa y ponerse líder provisional de LaLiga.