Zlatan Ibrahimovic bien podría tener un programa en la tele. La cámara le quiere, su humor es ácido y le gusta sentar cátedra con sus palabras. Mientras, el sueco hace su 'show' en el campo, donde no sabe lo que es envejecer y sigue liderando al Milan como si no hubieran pasado los años. Que se lo digan a la Sampdoria, que recibió su dosis doble del sueco para asegurarle el billete directo Europa League a los 'rossoneri'.
Cuando el de Malmo se fue a Los Angeles Galaxy parecía un paso definitivo hacia la retirada. Es lo que se acostumbra... si eres Ibrahimovic, claro. En su caso, acudió a la llamada de un Milan convertido en un descalzaperros para ser líder y referente por delante de un grupo joven, inexperto y que no había cuajado bien.
Meses después (y una pandemia de por medio), el Milan ha pasado de la media tabla a la próxima Europa League. Un premio al no rendirse para un equipo con mimbres de futuro interesantes, pero que necesitaban el pasado y presente de Ibra. Se lo pueden decir a Ante Rebic, quien se ha convertido en socio ideal del sueco.
Ambos solo necesitaron cuatro minutos para encontrarse. El croata ganó línea de fondo desde la izquierda y puso un centro certero a la cabeza del sueco, completamente solo dentro del área de una Sampdoria que pecó de pasiva. Con el 0-1 ya en el marcador, el Milan las tuvo de varios colores para ampliar el marcador y los de Ranieri apenas enseñaron la patita con acercamientos nulos de Linety y Depaoli.
Entretanto, Ibrahimovic seguía con una confianza brutal. Su influencia va más allá de la zona de remate. Cae a todos los espacios, controla el balón con una superioridad insultante y distribuye. Juega, hace jugar y de vez en cuando se atreve con alguna de sus excentricidades como un disparo desde su casa que buscaba sorprender a Falcone.
Pese a esa superioridad en el juego, el marcador no se amplió hasta alrededor de la hora de partido. Calhanoglu hizo el 0-2 tras la revisión del VAR e Ibra remachó su doblete (ya son 10 goles en media temporada) tras recibir después de una buena conducción en la frontal del turco.
La Sampdoria pudo recortar minutos después con un penalti de Kjaer sobre Bertolacci, pero ahí estuvo otro activo clave de este Milan como 'Gigi' Donnarumma. Maroni ejecutó desde los once metros indeciso y el meta se hizo gigante para despejar, aunque esto no evitó que minutos después llegara el 1-3, obra de Askildsen, bordeando el final con un remate certero desde lejos.
Rafael Leao le puso la guinda a la goleada con el 1-4 en un día donde Ibra, perdón por la pesadez, volvió a mostrar que la edad a veces no es más que un número. 38 años tiene el muchacho, que se convirtió en el primero en hacer 50 goles con los dos equipos de una misma ciudad: Inter y este Milan que tanto le necesitaba.