El sufrimiento en el fútbol es a veces una cualidad y otras muchas, un defecto. En este caso, el Spezia parece que disfruta con partidos apretados en los que son inferiores a sus rivales, pero que finalmente logran una importante victoria.
Después de ganar al Nápoles tras un asedio constante de los de Gattuso, esta vez fue ante la Sampdoria la demostración de los de Vicenzo que les gusta correr por el borde del precipicio.
El Spezia recibió este lunes a una Sampdoria que buscaba acercarse a los puertos europeos de la Serie A, pero el intento naufragó. Los de casa firmaron los tres puntos después de un más que luchado 2-1.
A los 20', Terzi abrió la lata del luminoso del Alberto Picco tras una buena asistencia de Chabot. Sin embargo, solo cuatro minutos después, los de Ranieri pusieron las tablas mediante el incombustible Candreva, que hizo bueno un pase de Jankto.
Los visitantes tuvieron varias ocasiones durante el encuentro de aumentar la ventaja en el marcador, pero no estuvieron acertados de cara a portería. De tanto perdonar, llegó el castigo divino de fútbol en forma de pena máxima.
En el 60', el árbitro señaló un penalti cometido por Thorsby. N'zola tomó la responsabilidad desde los once metros y no falló. El 2-1 brillaba en el electrónico y el Spezia volvió a canjear puntos por sufrimiento.