El Toralín vivió una tarde mágica, de esas que se recuerdan siempre. La Ponferradina no cuajó un partido brillante, pero sí eficaz y con un resultado de oro. El 1-0 fue suficiente para ganarse una plaza en la eliminatoria decisiva que todo equipo de Segunda B sueña con jugar.
Fue un choque entre dos equipos con mucho respeto por el rival. La tónica de la primera mitad fue de igualdad absoluta. De hecho, fue la Ponferradina la que dio el mayor susto en una jugada que pudo cambiar el destino de la eliminatoria.
El punto de inflexión aconteció en el minuto 8, cuando Manu García hizo la parada de las semifinales en un uno contra uno ante Moyita. Evitó un 0-1 tempranero el guardameta de la Ponfe, un gol que pudo habérselo puesto feo al equipo del Bierzo.
Pero el balón no quiso entrar y el destino le sonriío a los locales, que comenzaron a avisar con dos de Pichín a minutos del descanso... y a la tercera fue la vencida.
Rozando la primera hora del partido, Isi abrió el marcador con el único tanto del choque, una genial volea desde la frontal para dejar seco a un Cartagena que siguió intentándolo pese a estar con el agua al cuello.
De hecho, pudo empatar el cuadro visitante con un gran disparo de Aketxe a balón parado que acabó escupido por el larguero. El Cartagena se dio por vencido a cinco minutos del final con la expulsión de Moisés por segunda amarilla y la Ponferradina certificó su pase a a final.