Se podría decir que el encuentro duró seis minutos. Los que tardó el Tottenham en marcar el primero, el segundo y el tercero. Los que van del 70 al 76. Antes, durante la primera parte, la posesión fue 'red', aunque no fue especialmente productiva.
Tan solo una ocasión clara, clara antes del primer gol 'spur'. Martial regateó a tres jugadores y cuando iba camino de Lloris disparó al muñeco con todo a favor. Esta jugada podría haber cambiado el sino del encuentro, pero... no fue así.
Un error bobo y de falta de contundencia en el centro del campo dio con una recuperación del equipo de Pochettino, que voló y se plantó en tres pases en el área de De Gea. Dele Alli batía sin problemas al español y anotaba el primero.
Inmerecido, tal vez, pero devastador. El gol hundió al United y a los cuatro goles un remate perfecto de Alderweireld puso el 2-0, que llegó tan solo dos minutos antes del tercero, obra de Lamela tras un disparo raso en una transición muy vertical. Fue la tormenta perfecta, rápida, como si fuera calculado. Pim, pum, 3-0.
El Tottenham, así, mató el partido y el United, que lo intentó sin alma, no reaccionó. El Leicester ahora queda a siete puntos de nuevo y la Premier siga viva. Veremos por cuánto tiempo. El United, por contra, se aleja de su objetivo de los puestos Champions.