Este domingo se cumplieron 43 años del partido más triste de la larga y laureada historia de la Selección Argentina. Y también del país sudamericano.
Y es que el 24 de marzo de 1976, la 'Albiceleste' se encontraba en Chorzow para disputar un duelo ante Polonia tan solo cuatro días después de haber derrotado por 1-0 a la Unión Soviética.
El partido despertó gran interés, ya que Argentina se medía a un combinado polaco que venía de lograr la tercera plaza en la Copa del Mundo de 1974.
Aquel día, en el almuerzo en el hotel de concentración, los miembros de la expedición de Argentina se enteraron de lo sucedido: Videla había dado un golpe de Estado.
Toda la plantilla de la 'Albiceleste' quedó conmocionada con una noticia que les llegó gracias al narrador José María Muñoz, que les contaba lo que ocurría en el país.
"Muñoz nos dijo: 'Bueno muchachos, estamos felices, pero nosotros estamos comunicados con nuestro país, donde ha sucedido algo. Ha habido un golpe militar y han derrocado a nuestra presidenta", comentó en 'Goal' Ricardo Bochini, uno de los componentes del equipo.
"Estábamos todos destrozados. Kempes se fue llorando a su habitación y detrás de él nos fuimos la mayoría.La angustia se apoderó de nosotros. O gritábamos o había un silencio triste. El más amargado de todos era Kempes, sin duda", añadió Leopoldo Duque, otro miembro del plantel.
Jorge Carrascosa, capitán por aquella época del combinado nacional, también recuerda cómo vivió aquel trágico y tenso momento a más de 13.000 kilómetros de su país.
"La noticia del golpe nos tomó por sorpresa. Estábamos concentrados y enterarse de eso fue algo muy fuerte. Allá no nos decían todo lo que queríamos saber. No sabíamos exactamente lo que estaba sucediendo. Uno siempre estaba pendiente de que a la familia no le pasara nada", comentó en 'Página 12'.
Mientras tanto, el golpe seguía su curso en Argentina, con la Junta Militar adueñándose de las comunicaciones y anunciando prohibiciones para la población, con una única expeción.
Y es que los golpistas permitieron que se retransmitiera a nivel nacional el duelo de la 'Albiceleste' ante Polonia, consciente de que, al igual que la religión, el fútbol podía ser el opio del pueblo.
El partido acabó emitiéndose en uno de los días más tristes de la historia de Argentina. Un partido que, por cierto, ganó el equipo sudamericano por 2-1. Pero eso nunca importó.