Felipe llegó al Udinese en el verano de 2015, procedente del Inter de Milán. Se convirtió, con el tiempo, en un fijo de la zaga albinegra, hasta el punto de serle ofrecido un contrato vitalicio.
Porque el actual vence en apenas 20 días, pero ha llegado a un acuerdo con el Udinese para prorrogarlo hasta 2018, cuando ya tendrá 33 años, casi 34.
Entonces se retirará, y el le ofrecerá un puesto en el organigrama directivo.