La historia del exdelantero zamorano, de 66 años, que colgara prematuramente las botas antes de la treintena para ocuparse de un negocio familiar de hostelería en Benavente, fue de tan solo tres campañas en la Cultural, aunque le diera tiempo de vivir el anterior ascenso al actual, hace 43 años y la decepción del inmediato descenso.
Su corta pero intensa vinculación culturalista le permitió llegar a ser una de las referencias del equipo leonés e incluso que se frustrara, cuando todo parecía encaminado por el expresidente Ángel Panero Flórez, su fichaje por el Atlético de Madrid tras el ascenso.
"Estaba hecho para que hubiera fichado por el Atlético, ya que el presidente, el mejor que tuve, había llegado a un acuerdo con el intermediario Guijarro para el traspaso por 4 millones de pesetas, no de euros -bromea-, pero hubo cambio de presidente y éste decidió pedir 12 millones y ahí se acabó todo", recuerda con nostalgia.
Después del descenso aún tendría tiempo de un nuevo episodio al solicitar que se le fijara una traspaso adecuado o se le igualaran los emolumentos con otros compañeros de plantilla y, ante la negativa del club, decidió declararse en rebeldía, "algo poco habitual entonces", comenta.
Tras volver las aguas a su cauce, finalmente sería el RC Celta de Vigo el que se haría con sus servicios a cambio del pago de 500.000 pesetas por su carta de libertad y de ahí pasaría al Zamora, donde se retiró para colocarse con tan solo 28 años detrás de la barra del bar que regentó durante décadas en Benavente.
"Poli" no recuerda con exactitud aquel primer gol que abría el marcador en el derruido estadio "Antonio Amilivia" ante el Real Valladolid, pero si tiene una vaga idea de que el partido quizá pudo estar mediatizado por algún incentivo económico de otros equipos.
"Estábamos casi descendidos y creo recordar que hubo algo de una prima por ganar", desvela.
Después de su paso por la Cultural se desvinculó del club con el que mantuvo mínimo contacto con alguno de sus excompañeros, pero siempre con el recuerdo "agradable de un equipo que permitió que llegara donde llegué en el mundo del fútbol", afirma agradecido.
Pasados los años y tras vivirse más de cuatro décadas después un nuevo ascenso a Segunda División, el exdelantero zamorano ha empezado a seguir al club en el que militó y ve un partido ante el Real Valladolid -en el que también militó en edad juvenil- "de lógica rivalidad", sin un favorito claro.
"La Cultural ha empezado bien mientras que al Valladolid, a pesar de que creo que tienen un buen entrenador, parece estar dando una de cal y otra de arena, además siempre es más fácil coger a estos rivales al comienzo que cuando ya están rodados", apunta.
Además, matiza una de las grandes verdades de la categoría de plata "que tiene una gran igualdad, sin diferencias entre los equipos porque el primero es capaz de ganar al último, pero también al contrario".