Al Stoke le bastó con defenderse para puntuar ante un United que sigue adoleciendo de falta de pegada. El equipo de Mourinho superó otra vez la veintena de remates a portería y sólo pudo marcar de falta y en el descuento.
Rooney salvó los muebles en un partido que mereció ganar el equipo de Mourinho, pero que repitió guiones ya vistos a lo largo de la temporada.
El Stoke se aprovechó del infortunio de Mata y su gol en propia puerta para adelantarse en el marcador y jugar con el resultado. Ibrahimovic no tuvo su día y tomó malas decisiones en algunas ocasiones que pudieron empatar el encuentro antes del descanso.
Todo pintaba a remontada, pero los 'red devils' se fueron sumiendo en el agujero del tiempo y la desesperación para acabar aferrados al máximo goleador en la historia del club. Rooney se hizo leyenda con una falta lateral que clavó en la escuadra en el minuto 94. La pena, que sólo sirviera para empatar un partido que les puede alejar un poco más de la cabeza.