El Manchester United sometió por desgaste al Leicester. Falta mucho, pero los 'red devils' ya ganan por decreto. La tropa de Mourinho apabulló a un Leicester que salió a colgarse del larguero... y no le salió bien.
Todo porque los locales comenzaron a crear juego y ocasiones casi desde el inicio. Anularon un gol legal a Mata y Pogba se hinchó a perdonar buenos balones en la frontal.
También Schmeichel, en la casa en la que su padre se hizo leyenda, privó al United de una buena ventaja. Su parada a un disparo de Mata, colosal.
Mismo guión en la segunda parte
Tras la reanudación, el colegiado señaló un penalti que Lukaku desperdició. Schmeichel le leyó las intenciones y dejó una buena atajada. Mourinho se desesperaba tanto como Usain Bolt, invitado de lujo en Old Trafford.
El cerrojo del Leicester se abrió con la entrada de Rashford. El joven atacante, con apenas un minuto en el campo, destrozó los poco ambiciosos sueños de los de Shakespeare. Córner desde la derecha y remate franco del británico. Lo más difícil ya estaba hecho.
La sentencia la puso Fellaini en fuera de juego
Lukaku perdió la ocasión de cerrar el partido con su enésima ocasión fallada, pero Mourinho gastó la bala de Fellaini y le salió bien. Lindgard encaró por la izquierda, buscó el palo largo y allí apareció el muslo del belga, en fuera de juego, para culminar un gran partido de su equipo.
Incluso pudo llegar el tercero, pero definitivamente no fue el dia de Lukaku. Sí lo fue del United, que suma nueve puntos de nueve posibles y todavía no ha visto perforada su portería. La ley de Mourinho.