El Valencia quiere estar en Champions, pero las cuentas no salen

El equipo que entrena Marcelino García Toral resolvió con un empate en el último suspiro el duelo del pasado sábado ante el Sevilla, calificado de trascendental desde el propio club, tan sólo un día después que su presidente, Anil Murthy, ratificara ante los accionistas del club que el objetivo era la cuarta plaza de la Liga.

Tras 15 jornadas disputadas, el Valencia cuenta con 18 puntos y se sitúa en la zona media-baja de la clasificación, a seis puntos de esa ansiada plaza pero acumula registros que, de mantener, le dejarán muy lejos de ese cuarto puesto.

Así, la media actual de puntos le llevaría al Valencia a sumar una cifra que rondaría los 45 puntos, números que en el campeonato español garantizan habitualmente la permanencia en la categoría pero que se alejan en al menos quince puntos de los necesarios para alcanzar la segunda competición continental, la Europa League.

Tras quince partido jugados, el Valencia solo ha sido capaz de ganar tres partidos y solo el insólito hecho de haber sumado nueve empates en este periodo frente a tres derrotas ha amortiguado ligeramente el golpe de un número tan reducido de victorias en Liga.

Se da la circunstancia de que el Valencia ha sumado los mismos puntos -nueve- tanto de local como de visitante, si bien en Mestalla, donde solo ha ganado un partido, ha jugado un partido más.

Además, curiosamente el Valencia presenta en sus registros los mismo números de goles marcados que los que ha recibido -doce-, y si esa carencia de gol ante la portería rival ha mermado su rendimiento también es cierto que sus buenos números defensivos le han evitado males mayores.

De hecho, el Valencia es, tras el Atlético de Madrid, que actualmente es el tercer clasificado, el equipo que menos goles ha recibido en el campeonato, aunque en el apartado anotador presenta una pobre media de 0,6 tantos por partido.

Pese a la confianza en lograr el objetivo a final de temporada mostrada por Murthy, que reconoció también que el tramo inicial competitivo ha sido "negativo e inesperado", el presidente valencianista tuvo que ver 24 horas después de sus declaraciones una pañolada en Mestalla en los últimos minutos del partido ante el Sevilla.

El descontento de una afición que ha visto ganar a su equipo solo una vez a su equipo en Liga en ocho partidos explotó ante el Sevilla en un duelo ante un contrincante al que a principio de temporada se le apuntaba como principal rival en la lucha por la cuarta plaza.

En la recta final de 2018, el Valencia afrontará dos partidos de Liga, uno como visitante ante el Eibar, y otro como local frente al Huesca, que sin duda marcarán notablemente el futuro próximo de un equipo que además de su errático camino ligero ya ha quedado eliminado de la Liga de Campeones en la fase de grupos.

De hecho, en la reacción del público de Mestalla ante el Sevilla no solo estaba presente la trayectoria liguera, sino que también llegó por el rendimiento en las otras dos competición en las que arrancó el Valencia la temporada.

La reciente eliminación en la máxima competición europea una jornada antes de acabar la fase de grupos y la aún más cercana pobre imagen ofrecida por el equipo en la vuelta de los dieciseisavos de final de Copa ante el Ebro, equipo de Segunda División B, también está presente en el malestar de los seguidores valencianistas.