El encuentro siguió el guión esperado. Y es que, aunque fuese prepotencia en estado puro, Marcelino tenía razón: el Villarreal es mucho más equipo que el Dinamo de Minsk. El tropezón ante el Rapid de Viena fue eso, un accidente. Este equipo puede solventar sin problemas la fase de grupos, y lo está demostrando.
Bakambu, con un doblete en cuarenta y cinco minutos, selló el partido antes del descanso. Soldado y Bailly redondearon la goleada en la segunda mitad. Y es que el Dinamo era un juguete en manos de los de Marcelino: sólo pudieron lanzar una vez a puerta, de siete intentos.
Los menos habituales cumplieron y las bajas de los titulares no se notaron en absoluto, en parte porque el rival no exigió lo más mínimo al 'submarino'. Bakambu anotó el primero pasado el cuarto de hora, y el segundo, pasados los primero treinta minutos del encuentro, medio cojo por una entrada de un rival, quizá la única un poco fuera de lugar en un encuentro ejemplar en cuanto al comportamiento de ambos equipos.
Con el trabajo hecho, García Toral consideró innecesario exponer a su goleador a más tarascadas, y dejó su puesto a Nahuel. Lo mismo cuando cambió a Pina por Trigueros y a Denis Suárez por Samu Castillejo. No había que tomar más riesgos, pues el partido ya estabá 3-0, gracias al tanto de Soldado a pase del otro Samu, García en este caso.
Diez minutos después, en el 71, llegaba el cuarto y definitivo, de Bailly a pase de Nahuel. Goleada finalizada, tocaba esperar a que se pitase el final. No era plan de quemarse a lo bobo, arriesgar más de lo necesario, o hacer sangre de un rival que no necesita ser castigado, porque difícilmente podrán competir siquiera por la segunda plaza de grupo.
Aún así, Soldado tuvo las dos últimas, pero una la mandó por encima del travesaño y la otra fue bien detenida por Gutor, el cancerbero del Dinamo.
Un 4-0 que aúpa al Villarreal a la segunda plaza del grupo, ya que el Viktoria Plzen perdió ante el Rapid de Viena, que sigue líder con 9 puntos de 9 posibles. El equipo castellonense tiene seis, y los checos, 3. Los bielorrusos, cero, contentos con el premio económico por participar.