El Villarreal marcó, se echó la siesta y cuando quiso despertarse ya era de noche. Desenlace oscuro tras un partido que tuvo atado, pero al que no echó el candado. Todo por decidir en su grupo.
Y pudo ser peor si no fuera porque Asenjo se tiró a los pies de cuatro futbolistas y el árbitro pitó jugada peligrosa y, por lo consiguiente, gol no válido. Ocurrió segundos antes del pitido final.
Hasta entonces, la del Villarreal fue una puesta en escena correcta. Se hizo con el partido, narcotizó al adversario y llegaron las ocasiones. Era cuestión de tiempo.
El tanto de Bruno Soriano tras el saque de esquina confirmó la superioridad amarilla frente a un Zurich que solamente creó peligro cuando Rodríguez saltó al césped del Letzigrund.
Pato tuvo el segundo en las botas, pero, o golpeó flojo, o golpeó lejos. Con el paso de los minutos, el Zurich se animó, Rodríguez envió un balón a la cruceta y Víctor Ruiz cometió un penalti sobre Koné.
No falló Rodríguez y el Villarreal no saldó la cuenta que le llevaba a la siguiente fase de la Europa League. Sufrimientos innecesarios por falta de carácter y, sobre todo, tino.