Desde pequeño, Sory Kaba tuvo claro que su futuro era el fútbol. Hoy puede presumir de hacer lo que gusta y de hacerlo bien. El delantero, a sus 22 años, es en un pilar fundamental en el ataque del conjunto ilicitano y su experiencia en el Wanda Metropolitano será una oportunidad única.
Hace tiempo, el jugador africano le hizo una promesa a su padre: dos años para demostrar que se podía dedicar al fútbol. Sory ya demostró que no hay nada que le frene. En un lance del partido ante el Atlético, Sory acabó con una brecha tras un encontronazo con Giménez. Sin embargo, esto no fue impedimento para el futbolista siguiera jugando.
Sory sabe que hay muchas miradas puestas en él y también es consciente que el escaparate de la Copa es mayúsculo. Por ello, espera firmar otra buena actuación para acercarse aún más a su sueño.