Y es que su vida ya no es la misma en Londres. El jugador, que se declaró en rebeldía hace unos días e incluso ha amenazado con no jugar más, hace días que tiene que ser seguido por escolta después de las constantes amenazas de su propia hinchada.
No sólo es objeto de cánticos de mofa y ofensivos, sino que lanzaron huevos a su casa e incluso golpearon su coche con un ladrillo.
El West Ham ha rechazado riesgos absurdos y le ha puesto escolta las 24 horas, pues las pintadas aparecidas en el estadio del club eran bastante amenazantes.
Bilic le ha apartado del equipo por su conducta y no le llevará al 'stage' que el equipo llevará a cabo en Dubai en febrero.
Un problema gordo para un West Ham que hace meses era más que feliz por tener a uno de los mejores jugadores de Europa. Y es que hay veces que hay que saber vender a tiempo a tu estrella...