Hace seis veranos, el Liverpool perdía al que había sido su delantero estrella de los últimos años: Fernando Torres. El cuadro 'red' invirtió 41 millones de euros de aquel traspaso en un delantero que parecía comerse el mundo... y que acabó cayendo en picado.
Su nombre es Andy Carroll, por el que todos apostaban iba a ser el '9' de Inglaterra. El ariete no cumplió con aquellas expectativas, aunque ha tenido una aceptable carrera deportiva desde entonces.
Desde 2013, Carroll pertenece al West Ham, que pagó por él casi 20 millones de euros. En Londres tampoco ha logrado despuntar, sin conseguir superar los 10 tantos en Liga en ninguna de las campañas.
En esa tesitura, el Newcastle -club en el que se formó- pretende que vuelva a casa. Eso sí, si de verdad lo quiere va a tener que pasar por caja, ya que el West Ham sólo quiere dinero contante y sonante.