El fútbol en ocasiones no entiende de lógica. Dos entrenadores en menos de cuatro meses y ninguno de ellos logró dar con la tecla. Llega Víctor Fernández y, con los mismos jugadores, pone la máquina a carburar.
En la victoria ante el Extremadura se percibió algo de mejoría. Sufrió mucho el equipo aragonés para vencer, pero lo hizo. Sin embargo, el partido en tierras gijonesas ha afianzado al equipo y a las nuevas ideas que presenta el técnico zaragozano.
En El Molinón no era sencilla la tarea. El Sporting llegaba en buena forma y lo hacía invicto como local. Algo que pudo pesarle al Zaragoza al principio del encuentro, pero luego se quitó esos miedos.
José Alberto volvió a apostar por la pareja en la delantera Blackman-Djurdjevic, y le salió bien la jugada. El equipo robaba muy arriba gracias a una presión muy ordenada.
Así llegaría la mejor oportunidad. Nacho Méndez le robó la cartera a Eguaras y el ariete serbio se encontraba con el palo en el mano a mano con Cristian Álvarez. La afición local vibraba con los suyos.
En un córner llegaría el primero. El Sporting se adelantaba por mediación de Djurdjevic, que aprovechaba una indecisión de la defensa rival y fusilaba a Cristian, haciendo así su segundo gol en el campeonato.
Reacción inmediata
Poco le duraría la alegría al conjunto rojiblanco. Álex Muñoz no solo firmó un partido inconmensurable en defensa, sino que fue el autor del tanto de la igualada al cabecear a la perfección un centro de Javi Ros.
Mejoró el Zaragoza a raíz del gol. Al filo del descanso, sobre el 40' de juego, Raúl Guti remataba a placer un centro de Lasure por la izquierda. Había remontado el duelo, le tocaba amarrar el resultado.
Tras el paso por vestuarios, el partido fue por los cauces que quería Víctor Fernández. Sus jugadores dominaban la posesión y aguantaban bien en defensa cuando debían hacerlo. El Sporting se vio noqueado durante el segundo tiempo.
La reacción del Zaragoza fue inesperada, aunque en el triunfo también tuvo mucha parte de culpa Cristian Álvarez, que volvió a salvar a sus compañeros tras un remate a bocajarro de Djurdjevic. Los visitantes se despegan aún más del descenso como regalo del Día de Reyes.