La Europa League dejó en su fase previa una remontada para la historia, de esas que no se ven todos los días. La completó el Zenit, que se apoyó de su gente y de su fuerza como local para darle la vuelta al 4-0 sufrido en Minsk.
La empresa era a todas luces complicada, aún más cuando el partido llegó a su ecuador. Tras los primeros 45 minutos, solo Paredes había sido capaz de mandar el balón a las redes rivales. Noboa dio vida a los rusos en el 66', pero la expulsión de Paredes en el 72' parecía mandar todo al traste.
Ahí apareció el 'killer', un Dzyuba que está para estas cosas. Brindó un doblete en tres minutos (75' y 78') y el Zenit forzó la prórroga. 30 minutos más con los que soñar ante un Dinamo de Minsk herido que, sin embargo, no había dicho su última palabra en el Krestovski.
Ya en el minuto 99, Yahaya desmontaba al Zenit con el 4-1. Los locales necesitaban dos tantos más y, recuerden, jugaban con una pieza menos. Nada importó. Driussi y Dzyuba voltearon de nuevo el asunto. Los bielorrusos se fueron con todo y ello lo aprovechó el Zenit para, por mediación de un doblete de Mak, abrochar un 8-1 que ya es historia del fútbol.