Dembélé volvió a ser noticia, en esta ocasión por su buen hacer sobre el verde. Si bien parece estar empeñado en no llegar puntual a los entrenamientos, cuando toca golear está de los primeros. Un gol que seguramente habrá hecho a pares en esa consola que tanto adora.
El gol del Barça radiografía perfectamente las virtudes de Dembélé. Robó con la derecha, condujo y se hizo un autopase con la izquierda, recortó con la derecha y definió con la izquierda. A Dembélé los horarios le importan lo mismo que manejar de manera preferente cualquiera de sus pies. Por el camino destruyó a Walker-Peters, engañó a Winks y frustró a Lloris. Y en esta ocasión muy pronto, en el minuto siete.
La travesura de Dembélé empezó campo propio y acabó en terreno de su compatriota y compañero de selección. El tanto coronó una buena actuación que pudo ser más lustrosa si su rosquita de zurda hubiera ido unos centímetro más abajo o Coutinho no hubiera tardado una eternidad en tirar un servicio raso del galo que terminó estampándose en un adversario. Un Coutinho que se topó dos veces con el poste. Un hecho que no tapa su poca aportación al juego.
Cada cabalgada de Dembélé generó un vórtice en el sector izquierdo de la defensa inglesa, incapaz de sujetar al pequeño huracán francés. Dembélé atrajo los rivales y los focos en un partido en el que paradójicamente no fue el mejor. Lo fue Cillessen, un gigante bajo palos, titular en casi cualquier equipo del mundo. Ter Stegen tiene la culpa.
El Tottenham empató al Barça
El gol del Barça golpeó al Tottenham, que no a Kane, quien lideró la reacción de los 'spurs'. El delantero inglés volvió a rubricar una actuación de prestigio en un escenario de máxima élite. No marcó, pero de sus movimientos y su bota izquierda salió el balón que Lucas Moura convirtió en empate.
Hasta el empate del Tottenham, poco Barcelona salvo las arrancadas de Dembélé y los milagros de Cillessen. Entró Messi a detener la sangría, sin éxito. El Barça jugó con la clasificación, ya conseguida, y permitió la entrada de algunos poco habituales; el cuadro de Pochettino, necesitado, saltó al campo con fuego en la mirada.
Un mano a mano de Son, un remate en el segundo palo de Eriksen o un cabezazo de Lucas Moura no encontraron portería porque por el camino se interpuso Cillessen. Kane también le puso a prueba, aunque su mirilla estuvo más desviada, no así para asistir a Lucas Moura, autor del empate a cinco minutos del final.
Barcelona y Tottenham festejan su presencia en octavos, por el camino se queda el Inter de Milán. El travieso Dembélé, imprevisible y anárquico, no se perderá la siguiente fase de la Champions.