Arrancó y finalizó el encuentro con un vértigo trepidante, en un duelo con nombres propios que se saldó en empate después de dos penaltis y dos tantos en el descuento que desataron la locura en Anfield.
Sorprendió Salah antes de que se cumplierra el minuto tres, sacando a relucir las miserias defensivas del Tottenham que no atinó a despejar un balón, a priori sencillo, y el egipcio aprovechó para fusilar a Lloris.
Toda una declaración de intenciones de los de Klopp, espoleados por su afición desde el inicio y con un gol a las primeras de cambio que le daba argumentos para dominar el partido al contragolpe.
Intentó reaccionar Pochettino, pero no fue hasta el minuto 80 cuando Wanyama sacó su fusil para firmar el empate a uno en Anfield, silenciando una grada que saboreaba la victoria.
Sin embargo, el destino quiso ser más cruel con los 'reds'. Salah se disfrazó de Messi en el 92 y sorteó rivales en una baldosa como sólo Leo sabe para batir de nuevo a Lloris.
Harry Kane, que había fallado un penalti con 1-1, se resarció con otra pena máxima en el 95, neutralizando la euforia de un Anfield en llamas.