Cualquiera diría que un punto en este partido para la SD Huesca hubiera sido un buen premio, pero la realidad es bien distinta para los de Pacheta. El técnico tiene una papeleta complicada para la permanencia, y este sábado su equipo volvió a dejar dudas en muchas facetas del juego.
El Villarreal, sin Mario Gaspar, Iborra, Chukwueze ni Gerard Moreno, y con la resaca del exigente enfrentamiento copero en Tenerife, debía dar un paso adelante para sumar un triunfo que le afianzara en puestos de Champions League. Sin embargo, faltó de todo... desde descaro y velocidad, hasta más energía.
Pacheta no tuvo un debut en El Alcoraz como esperaba. Okazaki fue titular en el lugar de Rafa Mir, que entró en la segunda parte, y el sistema de 3-4-3 no funcionó. La SD Huesca está más segura en defensa, eso sí, pero está perdiendo capacidades de desborde en ataque con respecto a lo visto con Míchel en el banquillo.
La mayor preocupación para el equipo oscense, que no hubiera una ocasión clara en todo el partido. Solo el Villarreal amenazó la portería rival, y en contadas ocasiones, por lo que el choque fue un auténtico calvario para el espectador neutral y para sus protagonistas.
Tras el paso por vestuarios, leve paso adelante del 'submarino amarillo', que tuvo el 0-1 en las botas de Moi Gómez. El ex de la SD Huesca recibió un centro fantástico que conectó con un disparo bien repelido a saque de esquina por Álvaro Fernández.
Pocos minutos después, Capoue gozó de una gran opción en el área con un remate que se fue a las nubes. El Villarreal lo rozó en algunas ráfagas de buen juego, sobre todo liderado por el eléctrico Yéremy Pino, uno de los cambios que impuso Emery en el segundo tiempo.
Sin embargo, el partido fue un empate de manual. La SD Huesca acusó el cansancio y, sobre todo, la presión por una posición de colista que es una losa demasiado pesada para la reacción que trata de llevar a cabo Pacheta. El Villarreal suma, sigue y espera recuperar efectivos pronto.