El equipo de García Pimienta, que utilizó alguna rotación en su once ante la intrascendencia del partido, se adelantó en la segunda mitad por medio de Edgar Fernández (minuto 56).
Pero prácticamente en el último suspiro del partido, Rafael Leao estableció el 1-1 definitivo. Lo hizo, además, con una celebración provocadora de los portugueses, que se vinieron arriba y festejaron como Cristiano Ronaldo en casa del eterno rival.
Los barcelonistas habían ganado los cinco partidos del grupo. Los portugueses también tenían garantizada la segunda posición, en un grupo en el que Juventus y Olympiakos lucharán por eludir la última plaza.