El Villarreal tenía por delante una papeleta complicada. Levantar un 0-4, en el Olímpico de Roma. Los castellonenses lo intentaron con toda el alma, pero sólo lograron un gol, pese a jugar la recta final contra diez.
El Atheltic Club tuvo peor fortuna. Era el único de los tres equipos españoles que llevaba un resultado positivo a la vuelta, aunque el 3-2 de San Mamés era un arma de doble filo.
Debía aguantar 90 minutos sin encajar un gol, y sólo resistió 45. Nada más comenzar la segunda parte el APOEL marcó el primero, y diez minutos después un penalti más que dudoso sentenció al Athletic.
Las esperanzas españoles recaen ahora sobre el Celta de Vigo. Los gallegos deben remontar un 0-1 contra el Shakhtar en Ucrania.
Si los de Berizzo también caen, tendremos un campeón de un torneo de clubes europeo no español por primera vez en tres temporadas. Se dice pronto.