Durante el cara a cara entre el PDRM y el PKNS de la Segunda División de Malasia fuimos testigos de una imagen surrealista de la que todavía no encontramos explicación.
Y es que durante el minuto 40 de partido, el jugador del PDRM fue a recibir un balón dentro del área rival para buscar el primer gol del partido, pero el colegiado se puso por delante.
Tal fue la frustración del jugador, que terminó empujando al árbitro y este terminó rodando por el césped después de chocar contra un jugador del PDRM. Como era de esperar, los jugadores rivales no dudadon en quejarse de la fea acción, pero el empujón no tuvo castigo alguno.
¡Todo lo contrario! Porque el árbitro se levantó y no dudó en pedirle perdón al jugador, reconociendo que había interferido en la jugada, impidiendo que pudiera rematar a placer a portería. Menos mal que el PKNS terminó ganando el partido 0-3.