El Valencia logró hacer algo por lo que casi nadie apostaba, acabar con la hegemonía del Barcelona en la Copa del Rey: "Nos pudimos imponer al Barça de Messi, que venía de ganar cinco de las últimas seis Copas del Rey. Ganamos de manera merecida y ahora, después de sufrir, estamos muy felices".
Marcelino reveló que no dio ningún gran consejo al equipo, y que su mensaje fue simple: "Les dije antes del partido que tenían que disfrutar. Teníamos un exceso de obligación demasiado alto y eso no nos dejaba desarrollar nuestra fuerza. La idea fue decirles a los chicos que tenían que disfrutar y ser ellos mismos. Si lo hacíamos, saldría bien... y salió".
"Jugaron convencidos de que podían ganar al Barça. En los últimos minutos solo pensaba en que corriera el tiempo y pitase el árbitro. Todos pensábamos lo mismo, que indicara el final cuanto antes. Además, tuvimos dos ocasiones claras y no las aprovechamos. Eso nos puso nerviosos, pero ganamos", añadió.
Además, recordó el momento más emotivo de la final: "Del primero que me acordé fue mi padre. Soy hijo único y él siempre fue un modelo y un referente a seguir. Se fue hace cuatro años y medio y me acordé. Soy una persona que se emociona fácilmente".
Por último, aseguró que tardó un tiempo en interiorizar lo logrado: "Tardé mucho en darme cuenta de lo que habíamos conseguidos. Era un momento de alegría, felicidad plena, sonrisas... tardé en asimilarlo. Cuando acabé de atender a los medios, fui a la ducha y ahí pensé que lo habíamos logrado".