En Grecia, el fútbol se lleva en las venas. Los hinchas sienten los colores como nadie.
Diego Peláez relató a 'AS' cómo lo vive un jugador español. "La derrota es una catástrofe. Parece que se va a acabar el mundo y no te miran ni a la cara... ahora, en la victoria, eres Dios", dijo.
"Son gente muy pasional, para lo bueno y para lo malo. Encima el extranjero siempre tiene un contrato más alto y la exigencia es muy grande", continuó.
La hinchada griega, cree Diego Peláez, tiene demasiadas expectativas en los jugadores de fuera: "Esperan que cojas el balón, te vayas de siete y marques un gol por la escuadra. Sabemos que eso lo hace Messi y poco más. Y menos aquí, que el campo está seco".
Pese a todo, está encantado con haberse ido a Grecia: "Me marché a Trikali y he vuelto a disfrutar del fútbol. Recordé lo que es sentirme importante y valorado", concluyó.