La falta del fútbol ha hecho que los aficionados más fieles al deporte y, por qué no negarlo, también los que suelen apostar con el fútbol, acudan a una Liga como la de Bielorrusia, que es la única importante que permanece en juego.
Tras una jornada del sábado bastante igualada, los partidos comenzaron el domingo con el triunfo del Energetik-BGU ante el Minsk por 2-0.
En el segundo partido del día se dio una curiosa situación. El colegiado no obligó a ningún equipo a cambiar su uniforme y el Smolevichi y el Vitebsk se confundían en la retransmisión.
Los locales vestían un uniforme verde oscuro con toda la parte frontal en rojo, mientras los visitantes jugaban con su uniforme granate, casi vinotinto, al completo.
Aunque cuando ambos estaban de espaldas era fácil reconocer la diferencia, no sucedía así al observar a los locales de frente, pues parecían compañeros de equipo de los visitantes.