El Sevilla no se resigna a ser el cuarto de esta Primera División. Quiere seguir luchando por ganar el título, ese que la Superliga, por momentos, ha puesto en jaque. El Sevilla no solo no se baja del barco, también busca comandarlo.
Y para enfrentar a los grandes es necesario tener un jugador diferencial arriba. En-Nesyri lo es. Porque no es casualidad el gol que ha permitido al Sevilla llevarse el triunfo del Ciutat de València. Trabajo y calidad, las claves de Lopetegui.
Sabían que la visita al Levante iba a ser complicada, especialmente tras la goleada que los 'granotas' sufrieron en casa en el último derbi ante el Villarreal. Por momentos, el partido, con poco ritmo y sin sorpresas, se encaminó hacia el empate.
Pero el Sevilla se puso el mono de trabajo para alzarse hasta la tercera plaza del campeonato con 21 victorias ya en la que es la mejor temporada liguera hasta el momento de la historia del club hispalense. Y el liderato, a tan solo tres puntos.
Hay que soñar, esa es la consigna interna de Lopetegui en el vestuario. No así en público, porque el discurso del técnico vasco cambia. La realidad es que el Sevilla, por puntos, juego y fiabilidad, puede luchar por esta Liga.
Con poco, el Sevilla hizo sufrir al Levante. A los ocho minutos, chut de Jordán al larguero tras la mano de Cárdenas, titular frente a Aitor. Lopetegui repitió esquema tras la victoria en el Reale Arena y al equipo le costó arrancar al principio.
El Levante apretó las tuercas con la presión al equipo hispalense, que no estuvo bien en la primera parte. Muy lento, previsible y sin ideas. Pero era el día de ponerse el mono de trabajo y de hacer el partido largo.
De hecho, el descanso le vino de escándalo al Sevilla, que reordenó ideas en su ataque. En el 53' llegó la jugada de la victoria: Suso encontró a En-Nesyri entre líneas y el marroquí, tras regatear a Cárdenas y dejar sentada a un defensor, marcó a placer.
A partir de ahí, el Sevilla fue capaz de hacer algo de equipo grande: contemporizar y hacer que no ocurra absolutamente nada. De esta forma, logró aplacar el intento de reacción 'granota' y Ocampos gozó de la mejor opción para finiquitar el duelo.
Ni los cambios sentaron mejor al Levante, ni el Sevilla bajó su listón de intensidad. Máxima seriedad de un verdadero aspirante al título, el rival de los tres grandes españoles ligados a esto de la Superliga. La humildad de los más pequeños, frente a la evidente superioridad de los gigantes.