El proyecto de Paco Jémez sigue sin carburar. Ante el Eibar el conjunto nazarí fue a tirones y pagó su poca claridad en las áreas. Ni contra diez jugadores pudo un Granada que evidenció serios problemas, sobre todo en ataque.
El Eibar sabe a lo que juega, tiene sello y, tras quedarse con diez por la roja directa a Riesgo, que derribó fuera del área a un Ponce que se quedaba solo, cortó líneas, se juntó alrededor de Yoel y se dedicó a ver pasar los minutos y salir a la contra.
La expulsión obligó al Granada a encontrar unas grietas todavía más pequeñas con un Eibar concienciado de no perder una ventaja lograda gracias a un disparo lejano de Pedro León y un error fatídico de Ochoa.
Ochoa, día y noche
La 'cantada' del mexicano desnortó al Granada, que tardó en encontrar el pulso. Hasta que volvió a respirar, el Eibar pudo engordar su ventaja a balón parado, pero por dos veces se topó con Ochoa.
La última media hora el Granada vivió volcado en las inmediaciones de Yoel, aunque mostró más empuje que brillantez. Fallaron Bueno y Ponce. Kravets, a la tercera, desbarató el orden armero y puso el empate en el marcador.
El Eibar 'mató' a la contra
Con lo que no contaba el Granada era con un último contragolpe del Eibar. Escalante salió disparado con el balón para perder el tiempo, pero lo que parecía una jugada destinada a conservar el empate acabó en el 1-2.
Con el conjunto andaluz volcado, nadie detectó la internada de Enrich, que recogió una asistencia de auténtico lujo de Luna para batir en el mano a mano a Ochoa. Hundimiento nazarí. Jémez tiene trabajo por delante.