Así lo indicó el entrenador valenciano tras el empate a uno entre su equipo y el Málaga en el encuentro que se disputó hoy en el estadio de La Cerámica.
Escribá señaló que esa expulsión condicionó mucho las posibilidades de remontada del Villarreal y pidió que no se hicieran lecturas "tremendistas" del partido.
"Me gusta decir las cosas en el vestuario. Ve muchas tarjetas por protestar y eso perjudica al equipo. Estábamos intentando ganar y tras la roja intentamos no perder", atizó al jugador amarillo.
"Hay que jugar todos los partidos, hay algunos que son complicados y los ganas, otros parecen que vas a ganar fácil y no lo haces", apostilló Escribá, quien recordó que cuando el rival marca primero, las cosas no son fáciles.
Señaló que este resultado no va a incidir en encuentros posteriores porque el equipo ha demostrado que ha competido bien y que está seguro que lo va hacer en los próximos choques.
También señaló que a partir de ahora va a pensar en el Roma, un rival "muy complicado" en la Liga Europa, pero ante el que considera que tienen las posibilidades de pasar a la siguiente ronda al cincuenta por ciento.