Hay vida más allá de Luis Suárez y Diego Costa en el ataque del Atlético de Madrid. Estos dos son muy buenos, pero lo que sacó el Cholo en Pamplona alcanzó el sobresaliente en la mejor segunda parte de lo que va de temporada para los 'colchoneros'. Joao Félix y Correa hicieron las delicias de los rojiblancos en un ataque que funcionó a todo trapo para conseguir un triunfo importantísimo.
Pero meritazo de Osasuna por la intensidad imprimida en el primer tiempo. Los errores, no obstante, se pagan caro, y el regalo de Roncaglia en el derribo a Vitolo dentro del área fue un duro golpe para la moral de los de Arrasate, que hasta entonces habían sido muy superiores en todas las facetas del choque. De hecho, Enric Gallego la tuvo para adelantar a los rojillos en el minuto 2 con un cabezazo claro en boca de gol.
Trabajó una barbaridad el cuadro navarro, ya centenario tras el triunfo ante el Athletic. Pero el equipo madrileño ha hecho de lo que es, un grande, y en el 43' asestó un golpe en la mandíbula desde los once metros. Joao Félix, ante la ausencia de Luis Suárez, al que le dio descanso el Cholo de cara a la Champions League, tiró del carro, como ya viene siendo habitual.
Poco brillo y mucho barro al principio
Hasta entonces, poco brillo y mucho barro. Giménez, que volvía al once, fue el mejor de la zaga, en la que estuvo acompañado por Trippier, Savic y Hermoso. Al Atlético le costó encontrarse, sobre todo porque el juego directo no le funcionaba por la escasa estatura de sus puntas, Joao Félix y Correa, y la muralla defensiva de Osasuna. Había que bajar el balón al suelo y darle un poco al 'tiki taka'.
A los escasos segundos tras el paso por vestuarios, una mano de Oier volvió a llevar al balón al punto de penalti. Joao Félix volvió a disparar, pero en el duelo con Sergio Herrera esta vez ganó el guardameta rojillo gracias al palo. El luso ajustó demasiado el chut, pero lo peor fue que Correa erró en el rechace con la portería vacía. La primera de la larga lista de ocasiones 'colchoneras'.
El diablo argentino, que estuvo desacertado en los 45 minutos iniciales y omnipresente en los segundos, se encontró con la madera en un disparo desde la frontal a los escasos minutos. La fortuna no le estaba sonriendo al Atlético de Madrid, que hizo bien en insistir, en no ceder el dominio como ha hecho en otras muchas ocasiones y en ser el que dirija los tempos del partido.
Rigor, orden y verticalidad
En la segunda parte, casi todo fue perfecto para el conjunto madrileño. Desde la defensa, que apenas sufrió, hasta la vertical y veloz delantera de Simeone, pasando -cómo no- por un centro del campo que funcionó de forma excelsa, especialmente por un gran Koke que alzó la mano para tomar la batuta de la orquesta atlética. De sus botas nació el fútbol.
Los de arriba se encargaron de hacer el resto. Y en el 69', Correa se deshizo de la defensa de Osasuna para asistir a Joao Félix en la frontal, y la estrella del Atlético no perdonó con un disparo potente en su mejor semana desde que fuera presentado en el Metropolitano como el fichaje más caro en la historia del club. Los millones están viéndose ya muy bien reflejados sobre el terreno de juego.
Se rebeló Osasuna mediante el debutante Budimir, que cabeceó al fondo de las mallas un buen centro de Rubén García. Tras pasar el COVID-19, el croata empezó con buen pie a las órdenes de Arrasate, a pesar de la derrota. Pero el 1-2 fue un espejismo que Torreira, recién entrado, se encargó de disipar en el minuto 88. Se juntaron los bajitos y el Atlético se empapó de 'tiki taka' para ganar en Pamplona.