La zurda de Asensio ha hecho que España esté en la final de los Juegos Olímpicos de Tokio. Del "Iniesta de mi vida" a la zurda de oro del mallorquín para elevar hasta el cielo las ilusiones de 'la Roja' en su viaje a tierras niponas.
El partido fue una auténtica partida de ajedrez frente a la selección más ordenada del torneo, una de las revelaciones, esta Japón de Take Kubo que llegó a la semifinal con pleno merecimiento tras eliminar a Nueva Zelanda en la tanda de penaltis.
Con Óscar Gil y Rafa Mir como novedades, España siguió apostando por un juego de dominio de balón, de buscar los espacios y las bandas para, en esta ocasión, contactar con el delantero murciano, referencia en el ataque.
Sin embargo, la excesiva lentitud marcó el juego del equipo de Luis de la Fuente por muchos momentos. Japón optó por esperar atrás y, en el momento adecuado, salir a dar caza la portería de Unai Simón, y por poco le sale bien la jugada.
El encuentro estuvo en esa fina línea que decide al ganador. De lo que pudo ser a lo que finalmente fue gracias al bueno de Marco Asensio. Pero antes, en la primera parte, Rafa Mir ya amenazó en un mano a mano al que llegó algo forzado. Kosei se puso la capa bajo los palos y, por momentos, se vistió de héroe.
Nada más comenzar el segundo tiempo, Merino se plantó solo en el área y Yoshida cortó a ras de suelo en una acción difícil de ver. Primero, el colegiado peruano Kevin Ortega indicó el penalti, pero el VAR le avisó y acabó anulando correctamente esa decisión inicial.
Kubo participó poco, pero todo lo que tocaba llevaba peligro. Entre Eric García y Pau Torres se encargaron a la perfección de cerrarle los espacios interiores, que es por donde el jugador del Real Madrid más suele gambetear. El problema estaba arriba, con una España que a veces era inoperante.
El dilema de la Selección Española se puede ver cuando tiene opciones de correr. En muchas ocasiones, Pedri y Oyarzabal ralentizaron mucho el juego para empezar y mantener posesiones que, posteriormente, casi nunca generaban peligro. Y la entrada de Vallejo por Óscar Gil en el descanso no es que precisamente diera profundidad por la derecha.
Puado salió y aportó otro ritmo, al igual que Asensio, el hombre clave que sustituyó a Pedri con la mirada puesta en el tiempo extra de la prórroga. El empate sin goles fue una realidad al término de los 90 minutos, a pesar de que España apretó y que Zubimendi, Oyarzabal y Rafa Mir dispusieron de claras opciones para el 0-1.
En los siguientes 30 minutos extras, Maeda rozó el tanto de cabeza y Japón parecía llegar más entera al final. No obstante, España, que andaba más replegada por el cansancio físico de todo el encuentro, tenía más artillería ofensiva y la acabó mostrando en el 115', uno menos que en Sudáfrica con Iniesta.
Oyarzabal fue clave en esa jugada que lo decidió todo. En la anterior, casi rompe a toda la defensa de Japón, pero se le hizo de noche a la hora de buscar el remate. Luego, tras un saque de banda, encontró entre líneas a Asensio para que este sacara el zurdazo de oro al palo largo. España sufrió, pero está en la final y se las verá con la todopoderosa Brasil.