Con el espectacular ambiente vivido en la ida, Dijon espera no quedarse corto en el recibimiento de lo que esperan que sea la categoría de oro del fútbol galo. A priori, la atmósfera juega a su favor, pero en esto de la pelota nunca se sabe.
Después de una mala temporada en la Ligue 1, los de Antoine Kombouaré tienen la oportunidad de redirmise delante de los suyos, en el Stade Gaston Gérard ante casi 16.000 espectadores.
Motivos hay para un cierto optimismo, ya que durante la temporada fue especialmente el rendimiento lejos de la Borgoña lo que les hizo tener que jugarse el todo por el todo a una doble eliminatoria.. De visitante solo consiguieron doce puntos, por los 22 que lograron de local.
Mientras que Dijon tiene una dinámica a la baja, el Lens sufre todo lo contrario. Más sobrio, como el aroma norteño, los de Philippe Montanier terminaron el curso en un -casi- perfecto equilibrio entre lo conseguido en casa y fuera de ella.
MIentras que de local sumaron 32, fuera del Paso de Calais sólo han logrado uno menos. Tras dejar en la cuneta a Paris y Troyes para conseguir un puesto en la final, la derrota podría desencadenar una frustración difícil de soportar de cara a una nueva expedición después del verano.
1 de junio de 2019