Esta va por Wakanda. Es la de Black Panther, la de Aubameyang, la de Arteta. La del Arsenal. Los 'gunners' se hicieron con el primer título de la temporada en Inglaterra ante un Liverpool superior en manejo de la pelota que no supo rentabilizar su mayor posesión.
El choque de estilos se escenificó desde los primeros compases. Mikel Arteta preparó una táctica de defensa en zona desde atrás, acechando, preparada para salir a la contra. No le pudo salir mejor en el primer acto. Desactivó a los hombres de gol del campeón.
No le llegaban balones a Firmino, Salah no entraba en juego y Mané solo generó cuando se acercaba el descanso. La chispa de Milner, soberbio, y los centros de Robertson no valían para hacer daño a un rival que encontró en Aubameyang a su elemento diferenciador.
El gabonés, en la primera oportunidad de los suyos de todo el encuentro, mandó la bola al fondo de la red con un golazo 'a lo FIFA'. Atacar de forma directa fue un arma letal para los 'gunners'. Maitland-Niles, Nketiah, Pierre-Emerick y Saka interpretaban a la perfección la pizarra de su técnico sirviéndose de su velocidad. Ni poblando su área podía el cuadro rival frenarles.
Pero había un problema: el cansancio. Fue a finales de la primera mitad y en casi toda la segunda cuando el Liverpool encontró los huecos que precisaba para marcar. El tanto del empate, de Minamino, llegó del acoso y derribo de los de Klopp a un Emi Martínez que se coronó con un par de paradones.
Solo él retrasó lo inevitable: que el japonés marcara el 1-1. Aprovechó un lío en el área -la defensa del Arsenal tenía que acabar fallando en algún momento- y, esta vez, el portero no pudo hacer nada. Y estuvo cerca la diana de la remontada en una clara ocasión de Mané, pero ahí sí que apareció de nuevo Emi.
Arteta reaccionó con una tanda de cambios que por poco no evitan la tanda de penaltis. Willock y Nelson comandaron un arreón final que quedó en nada por el buen hacer atrás de los 'reds', que no solo se dedicaron a atacar. Van Dijk y Gomez, muy correctos; Williams, algo falto de experiencia, pero se soltó poco a poco.
Ya desde los once metros, Pierre-Emerick volvió a ser protagonista. Todo iba sobre ruedas para ambos conjuntos hasta que Brewster, que había entrado en el 92', probablemente para tirar su pena máxima, falló su cometido con un chut al larguero. Aubameyang no falló el suyo, el definitivo, y dio un pistoletazo de salida de oro para su Arsenal.