Jürgen Klopp y su Liverpool ya tienen los primeros tres puntos de la temporada en su casillero. Pasaron por encima de un West Ham que no pudo contrarrestar la asfixiante presión de los 'reds'.
Anfield se engalanó como en las grandes citas. Era su puesta en escena en la nueva temporada y no podía fallar. El Liverpool se siente a gusto en su campo y eso se notó desde el minuto uno.
Salah, Mané y Firmino fueron perros de presa tras el pitido incial. La defensa empezó por ellos y acabó por ellos. Los de Pellegrini no fueron capaces de hilvanar una jugada hasta el ecuador del primer periodo.
Avisó dos veces el Liverpool y el West Ham siguió jugando con fuego. Keïta apareció en el centro del campo, condujo el balón y le puso un pase medido a Robertson. Este le dejó en bandeja el gol a Salah. El egipcio ya está aquí.
Siguió dominando el Liverpool con el empuje de un Anfield entregado a la calidad del tridente de arriba y de Keïta. El mediocampista cuajó un extraordinario encuentro y fue de lo más destacado. El primer tanto lleva su huella.
Los 'hammers' lo intenaron aisladamente con balones largos a Arnautovic y alguna delicia de Felipe Anderson. Pero el peligro sólo llegaba a su área, y lo hacía por todos lados.
Un despiste defensivo le costó caro al West Ham. Un balón de Roberton hacia Milner pilló descolocada a la defensa. El mediocampista le cedió el esférico a un Mané que ya sabe también lo que es golear en esta temporada.
El descanso no sirvió de mucho para los hombres de Pellegrini. Siguieron los errores y el Liverpool hizo sangre. Mané, en claro fuera de juego, aprovechó un balón suelto en el área para batir a Fabianski con un disparo raso. Y todavía faltaban 37 minutos.
Movió el banquillo el 'Ingeniero', pero tampoco sirvió de nada. Los 'reds' durmieron el encuentro y se conformaron con el 3-0, aunque no contaban con la entrada de Sturridge en los últimos minutos.
El delantero llegó y besó el santo. Primer balón que tocaba y primer gol de la temporada. El inglés remató un córner en el segundo palo y cerró la goleada en Anfield, un campo distinto al resto, como el Liverpool de Klopp.