El delantero brasileño tardó poco en volver a sonreír sobre el terreno de juego. Concretamente, sólo tres minutos, el tiempo que pasó desde el pitido inicial hasta el 0-1.
Aunque lo marcó Neymar, la gran 'culpa' de que el equipo se acabara adelantando en el marcador fue de Kylian, que, tras una triangulación en el costado del área, se plantó en la línea de fondo para dejarle el gol en bandeja al brasileño mediante un pase de la muerte. Conexión letal.