El rendimiento deportivo, sobre todo a nivel profesional, no depende únicamente del estado físico del futbolista. Una buena condición física no asegura un rendimiento deportivo óptimo. Para ello, es necesario seguir una serie de hábitos que, combinados con otros factores, marcarán el camino para el rendimiento deportivo necesario enfocado a los objetivos planificados. Dichos factores son los siguientes:
Entrenamiento: obviamente, los entrenamientos son indispensables para alcanzar un buen rendimiento deportivo. Es necesario trabajar las cualidades físicas básicas. La combinación del entrenamiento de la velocidad, flexibilidad, fuerza, resistencia aeróbica y anaeróbica y coordinación son la base de una buena condición física.
Sexo: las hormonas propias de cada sexo influyen determinantemente en el rendimiento deportivo en uno u otro esfuerzo físico. En pruebas donde predomina la flexibilidad, la mujer parte con ventaja, mientras que en las de fuerza es el hombre quien domina. El fútbol es un deporte donde entran en juego varias cualidades físicas básicas que se combinan. Si aceptamos que, en general, el hombre es más fuerte y rápido, podríamos concluir que alcanzará mejor rendimiento deportivo debido a sus características físicas.
Salud y nutrición: llevar una vida ordenada, con descansos necesarios, evitando fumar y beber y con una nutrición equilibrada y acorde con la planificación deportiva, son indispensables. Los profesionales especializados en nutrición y alimentación con los que cuenta cada club serán los encargados de organizar las comidas durante los diferentes periodos de la temporada.
Entrenamiento psicológico: la capacidad para gestionar emociones, situaciones de estrés y la presión propia de la competición, son aspectos que se pueden y deben entrenar, y que ayudan al futbolista a rendir al máximo nivel. El aspecto sociológico que rodea al futbolista influye también en el rendimiento del jugador. Ejemplos de esto serían la estabilidad emocional, el reconocimiento público o la percepción de un futuro económico estable.
La genética: es un factor determinante en el mundo del deporte. Los genes determinan que un futbolista tenga mejor predisposición a una buena condición física que otros, aunque ambos se sometan al mismo plan de entrenamiento.
Todos estos factores deben confluir en un momento determinado para que un futbolista alcance un rendimiento deportivo de máximo nivel. Cualquier descompensación de uno u otro factor puede ser el desencadenante de una disminución repentina en el rendimiento que influirá, además, negativamente en el resultado colectivo del equipo. Así, es fácilmente comprensible la dificultad de mantener un rendimiento deportivo al máximo nivel durante varias temporadas seguidas.