El Míchel más crítico apareció por la sala de prensa de Los Pajaritos, después de que el Málaga echara por tierra un 0-1 en el 92. El Numancia remontó en dos minutos y Míchel, cuestionado en su cargo, cargó contra sus jugadores.
"Me siento encabronado, enfadado y cabreado. Hay cosas que también se le escapan al entrenador. Cuando uno se viste de futbolista debe saber qué es eso", señaló un enfadado Míchel.
Éste prosiguió diciendo que "no se puede poner un paño caliente a la situación". Su equipo se hundió en el tramo final y terminó regalando el triunfo al Numancia: "Tenemos ganas de complicarnos la vida, y mucho".
"No sé si es actitud o falta de calidad, pero debemos exigir a algunos de nuestros jugadores que den mucho más. No pongo ninguna justificación a mi trabajo. El que doy la cara soy yo, pero lo que le tenga que decir se lo diré a ellos personalmente", sentenció el técnico del Málaga.