Es el título intercontinental número 57, desde que se comenzase a disputar la Copa Intercontinental en 1960. Un torneo que históricamente favoreció a los clubes sudamericanos, pero que en la última década ha dado un vuelco hacia Europa.
Porque de la mano de Madrid y Barcelona, principalmente, Europa ha ganado 9 de los últimos 10 Mundiales de Clubes (denominación que adquirió la Copa Intercontinental tras ser fagocitada por la FIFA).
El Madrid ha igualado al hasta ahora rey de las finales, el Milan, con ocho, pero es el líder de la tabla histórica de los torneos combinados, con cinco finales ganadas (el Milan ganó 3 Intercontinentales y ningún Mundial de Clubes).
De hecho, si el Madrid ganase a Grêmio hoy, se colocaría como el equipo que más Intercontinentales y Mundiales de Clubes ha ganado, con tres de cada tipo, igualando a Milan y Barcelona.
Desde 1960, la Intercontinental-Mundial de Clubes sólo ha dejado de jugarse en tres ocasiones: en 1975 (por falta de acuerdo entre Bayern y Independiente sobre cuándo jugarla) en 1978 (por falta de interés de los clubes, ya que no había motivación económica para su disputa), y en 2001, ya como Mundial de Clubes.
De hecho, aquella edición fue harto polémica. Iba a ser la segunda edición del Mundial de Clubes en su formato actual, pero éste no gustó nada a los clubes. Todos pusieron pegas al cambio, y el hecho de jugarse en la primera semana de agosto en España terminó de matar el torneo.
El Deportivo de La Coruña iba a disputarlo como equipo anfitrión, pero se quedó con las ganas. La FIFA se replanteó los términos y el torneo en sí, y logró que poco a poco fuera aceptado y seguido por el público, hasta el día de hoy.