Fue sin duda la gran noticia del amistoso en tierras mexicanas. Apenas 24 horas después de la confirmación oficial como nuevo futbolista verdiblanco, el francés se calzó las botas para hacer lo que mejor sabe hacer.
Sus primeros minutos no prometían el oro y el moro ni mucho menos, pero Fekir tuvo tiempo para, en dos arrancadas, reflejar el tipo de futbolista que es.
El campeón del mundo en Rusia saltó al césped en el minuto 74 en sustitución de un Andrés Guardado muerto físicamente que duró tan sólo 25 minutos en el verde.
El ex del Lyon ocupó inmediatamente un rol de segundo delantero muy cercano a los tres cuartos de campo, prácticamente adentrado en un terreno más reconocible para un mediapunta.
Las camisetas béticas que aparecieron en las gradas de México aplaudieron su entrada al campo y vibraron expectantes ante un detalle que poder contar a sus conocidos.
No cayó esa breva, aunque con él en el terreno de juego el Betis vivió sus mejores minutos del partido. O lo que es lo mismo, los dos goles.
Si Fekir saltó al césped a 15 minutos del final, los goles llegaron en el 83' y en el 87', obra de Emerson y Kaptoum.
A falta de fútbol, goles y, en definitiva, alegrías que puedan servir a la parroquia bética, el internacional galo repartió suerte.