El fichaje de Dembélé fue uno de los más altos del club. Aunque nunca se supo la cifra exacta, la mayoría de medios tasaron su traspaso en más de 100 millones de euros. Según 'Bild', el precio fue 105 'kilos' y 40 más en variables.
Su prometedora temporada en el Borussia Dortmund le valió como catapulta al Barcelona donde, tras la salida de Neymar, el futbolista adquirió una presión que quizás le ha pasado factura en su primer curso.
Algo que ha podido decepcionar a la directiva. Aunque no llegaba con el cartel de 'crack', la secretaría técnica confiaba en que el francés explotara a lo largo del año y se conviertiera en uno de los líderes del ataque del equipo de la Ciudad Condal.
El jugador, por su parte, habría pedido más tiempo. Es conocedor de la ilusión que los aficionados tenían en él y lo poco que ha demostrado hasta ahora. Tampoco tuvo suerte con las lesiones, que le dejaron en el dique seco durante parte de la campaña.
Todo ello se suma al posible interés del Barça en Hazard, que juega en la misma posición que Dembélé. Hace unos días, parte de la prensa aseguraba que la entidad medita usarle como moneda de cambio para poder firmar al belga.
El Mundial tampoco le ha ayudado al francés. Comenzó como titular en el esquema de Didier Deschamps, pero poco a poco fue perdiendo protagonismo en beneficio de Olivier Giroud, que acabó quitándole el puesto.
Su futuro sigue siendo una incógnita. Él quiere quedarse, pero el club debe decidir si volver a apostar por él un curso más o decantarse por un jugador contrastado como el belga, que también tiene la opción de marcharse al Real Madrid.