Y es que, desde el 30 de agosto de 2013, ningún equipo no español había logrado levantar un título europeo, siendo el Bayern de Múnich (una Supercopa de Europa), el único en lograrlo.
Desde entonces, la Champions League se la repartieron Madrid (dos) y Barcelona (una), mientras que las tres Europa Leagues disputadas fueron a parar a manos del Sevilla de Emery.
Por ende, si sólo hubo campeones de Champions y Europa League españoles, los trofeos de Supercopa también fueron para españoles (dos para Madrid y una para Barcelona).
Así pues, la primera parte de la hegemonía española, la Europa League, está rota. Ahora queda por ver si la Juventus podrá rematar la faena el próximo 3 de mayo.