Aitor Sanz pudo estar en el primer partido de la temporada del Tenerife en Segunda División. Se acaba de esta forma para el veterano centrocampista de 34 una pesadilla que ha durado 526 días.
Justo ese es el tiempo que el capitán del Tenerife ha estado sin poder jugar con los suyos, un año, cinco meses y una semana desde aquel 9 de marzo de 2018, el que había sido su último partido antes de pasarse toda la anterior temporada en el sofá de su casa.
Pero Aitor se recuperó de su maltrecho tendón de Aquiles y volvió por la puerta grande en el primer partido, nada más y nada menos que ante el Zaragoza, aunque no pudiera liderar a los suyos hacia la gloria.
Tras el encuentro, pasó por zona mixta para hablar de sus sensaciones: "Yo intento hacerlo lo mejor posible, pero lo importante es el equipo. El equipo ha estado bien, fuimos superiores pero de nada sirve si no metemos las ocasiones. Dominamos el juego, pero el fútbol son goles. Aún así, no dudamos del estilo, hay que seguir. Todos vieron a un Tenerife superior al rival".