Real Valladolid y Eibar acabaron firmando un empate que nadie quiso de salida y que acabó siendo bueno para ambos después de lo visto durante el choque. Los de Mendilibar llevaron peligro de manera constante ante un Valladolid menos contundente que en el inicio de Liga, pero no supieron transformar su superioridad y acabaron pidiendo la hora.
Superado el trámite del Bernabéu, el Valladolid regresaba a su Liga en una lluviosa mañana en Zorrilla. El Eibar, crecido tras su imponente remontada ante el Alavés, llegaba sin nada que perder y con un viejo conocido. Nadie como Mendilibar, por mucho tiempo que haya pasado, conoce las debilidades y virtudes del equipo blanquivioleta.
Los de Sergio, que cumplía años este sábado, enseguida intentaron explotar sus virtudes del inicio de temporada. Nacho percutía una y otra vez por banda y las llegadas de Toni Villa, cada vez más vigilado, generaban dudas en la defensa eibarresa.
El canterano se inventó una acción individual en el minuto siete que no pudo ser culminada por Ünal. Remató flojo el punta turco tras el pase de la muerte y al Pucela se le escapó la más clara de la primera mitad.
Enfrente, Orellana observó la puerta que Nacho dejaba abierta en cada subida al área y se colaba cada vez con más peligro. Una acción individual, antes del primer cuarto de hora, estuvo cerca de ser el 0-1. El chileno lo hizo todo bien, pero erró en el golpeo cuando ya se cantaba el tanto.
Entre llegadas de Nacho y Toni Villa y acercamientos de Orellana, que empezaba a estar acompañado por Joan Jordán, la primera mitad comenzó a consumirse. La lluvia hizo acto de presencia y convirtió la primera parte en un combate casi épico. No se complicó Masip en dos ocasiones ante Orellana y el colegiado, Cuadra Fernández, dijo basta.
El Eibar, mejor hasta la roja
Tras el descanso, el Eibar intentó aprovecharse de las dudas pucelanas. Flojos Kiko Olivas y Calero, los de Mendilibar se dedicaron a aprovechar cada error en la salida de balón del Pucela para llevar el miedo a la grada.
Cucurella creció y se convirtió en un pulmón para los visitantes. Y casi en protagonista. Chutó primero directamente fuera tras un pase atrás de Diop, y le regaló un pase de la muerte casi imposible de desaprovechar a Charles, que remató alto. Entre medias, un intento de chilena del brasileño que casi se mete en su propia portería Moyano. Reaccionó bien esta vez Masip.
A menos de 20 minutos para el final, un despiste defensivo obligó a Arbilla a cortar un balón con la mano para evitar un mano a mano de Toni Villa con Riesgo. El defensa vio la segunda amarilla y el Valladolid, con un Verde que acababa de entrar, estuvo a centímetros de lograr el premio gordo.
Aún tendría una más el extremo italiano, que también llevó peligro de manera constante en los saques de esquina y acabó pidiendo a gritos un sitio en el once inicial. También el Eibar, aun con diez hombres, estuvo cerca de dar la sorpresa de la mano de un enchufado Kike García, que había dado descanso a un agotado Charles.
Los últimos instantes, con los cambios defensivos de Mendilibar para amarrar el punto, animaron a los locales a buscar un gol que estuvo cerca de llegar de la mano de Kiko Olivas y de Óscar Plano. Hubiera sido un premio demasiado grande para lo visto en el choque. Ambos parecen satisfechos con el punto, aunque podría ser escaso para los locales si se mira en perspectiva. De momento, con 17 y 15 puntos, ambos parecen lejos de la zona roja.