Apenas se habían cumplido los primeros seis minutos de partido, cuando Westwood botó un saque de esquina excelso que acabó en el fondo de las mallas de un Alisson desquiciado.
El guardameta brasileño fue amonestado por Andre Marriner, pese a que que Tarkowski se subió sobre la espalda del portero, impidiendo que detuviera un balón que significó el 0-1 en Anfield.
Poco más de 13 minutos después, Roberto Firmino firmó las tablas, aprovechando un grosero error defensivo de la zaga del Burnley, dejando al delantero solo para empujar a placer el balón.
No se había cumplido el minuto 20, cuando Mané sorprendía a Heaton con un disparo cruzado desde la izquierda, que ponía por ventaja a un Liverpool necesitaba vencer para mantener el pulso del Manchester City.
Un conjunto 'citizen' que venció al Watford el sábado con un gol de Sterling en fuera de luego, evidenciando la necesidad de instaurar el VAR en la Premier League.