Verano de 2011. Kaká trata de clonar en el Real Madrid sus éxitos con el Milan, que le aupó a ganar el Balón de Oro. Por entonces, un jugador de apariencia física similar y condiciones prometedoras, un tal Lucas Piazon, hace mucho ruido en las inferiores de Sao Paulo. El Chelsea no duda, se convence y suelta ocho millones por él. El gran proyecto que vio entonces acabará como un sonado fracaso.
A sus 26 años, aún tiene años por delante para cierta redención, pero no será en Stamford Bridge. En junio acabará contrato y por fin quedará desligado tras una trayectoria con solo un partido oficial más (ocho) que el total de cesiones vividas (siete).
La actual le tiene en el Río Ave, hasta con buenos momentos de fútbol. E incluso le ha valido para que el Braga esté sopesando seriamente la posibilidad de adquirirlo en propiedad en este mercado de invierno. Otro destino más en su carrera, aunque el primero ya oficialmente como ex futbolista 'blue'.
Con 18 años y sin hueco en un Chelsea exigente, los dirigentes decidieron que se fogueara en el deslumbrante Málaga de Champions de Manuel Pellegrini, por el que pasó sin pena ni gloria tras jugar 14 partidos, y solo cuatro de ellos desde el inicio.
Esa fue su suerte desde entonces, cada temporada que llegaba le mandó a sitios diferentes. Vitesse, Eintracht, Reading y Chievo fueron sus otros préstamos. Fulham y Río Ave también, aunque estos con la particularidad de acogerlo por dos temporadas. En el club neerlandés cuajó sus mejores números, once goles y ocho asistencias, pero nunca le sirvieron para explotar.
La carrera de Lucas Piazon se habrá saldado con solo ocho encuentros oficiales en su haber. El último de ellos, en diciembre de 2012, en un 8-0 liguero al Aston Villa en el que nada más entrar dio una asistencia, pero que acabó con fallo de un penalti en el último minuto.