El Mundial Sub 17 es el único que le falta a la Selección Española. Lo tuvo en sus manos hace dos años, en la India, pero Inglaterra se lo arrebató en la final. Ahora, en Brasil, el sueño ha terminado un poco antes.
España ha sucumbido ante el planteamiento de Francia. 'Les Bleus', con un fútbol sencillo, han destrozado a España. Porque los cinco de los seis goles fueron prácticamente calcados entre sí.
Hubo goles a balón parado, a saque de esquina, y otros tras un centro al área en balón jugado, pero todos comenzaron igual, con una internada por banda de Mbuku o Lihadji.
Los extremos de Francia fueron un tormento para la zaga española, que fue incapaz de frenar sus excursiones hasta la línea de fondo. En cuanto entraron en juego, España desapareció del mapa.
El gol de Valera, al poco de comenzar el encuentro, presagiaba un escenario distinto. Poruqe España comenzó el partido jugando como los ángeles, frenando las acometidas francesas.
La primera, eso sí fue para Francia, y fue una muestra de lo que iba a ocurrir, porque Mbuku estuvo a punto de quedarse solo ante Iván Martínez. Imaz apareció a tiempo para cortar la jugada.
Sin embargo, el primer gol fue de España, a los nueve minutos de juego. Fue quizá el único error de Francia en todo el partido, un mal despeje que Ilaix convirtió en una asistencia involuntaria para Valera, quien con un buen disparo, colocado a la cepa del poste, batió a Zinga.
España se envalentonó con el gol, pero Zinga respondió bien cuando fue exigido. Francia poco a poco fue desperezándose, y el aviso de la primera acción del partido se convirtió en una tortura para España.
Dispuso Francia de un córner tras otro, y parecía cuestión de tiempo que alguien lo rematase. Y así fue. En el 21' Kouassi se anticipó una vez más a Ilaix y remató al fondo de las redes la primera asistencia de Aouchiche del partido.
España reaccionó poniendo de nuevo en apuros a Zinga, quien hasta en dos ocasiones tuvo que dar lo mejor de sí para no volver a conceder, pero no logró batirle. Peor aún, en el 37', cerca ya del descanso, recibió el segundo.
Si durante la primera media hora fue Mbuku quien atormentó a España, tras el 'cooling break' fue Lihadji el que empezó a poner en graves apuros a la zaga española. En una de esas alcanzó a llegar a la línea de fondo, evitando que saliese el balón, para centrar al área pequeña, donde estaba Mbuku.
España se encontró remontada, pero lo peor estaba por llegar. Porque tras el descanso, cuando debería haber reaccionado, haber dado un golpe sobre la mesa, recibió el mazazo que quebró su moral.
En el 47', casi nada más volver de los vestuarios, otra internada por banda acabó de nuevo en gol. Los mismos actores del segundo pero cambiando sus roles: de Mbuku para Lihadji y gol de Francia.
Con el ánimo por los suelos, incapaces de creer en la remontada, los pupilos de David Gordo se dejaron llevar. Francia amenazó con firmar una paliza histórica, y si bien lo fue, créanme cuando les digo que pudo haber sido mucho peor.
En el 54' cayó el cuarto y en el 59' el quinto, ambos a balón parado, tras sendos saques de esquina. Y ya en el tiempo extra, el sexto, el único que fue algo distinto, porque fue al contragolpe.
España no pudo ni plantar cara por orgullo durante el segundo tiempo. Cada vez que trataban los futbolistas de 'la Rojita' de reaccionar, de hacer algo distinto, de tener el balón y merodear el área rival, se encontraron con un muro.
Francia había anulado a España. Logró reponerse al gol inicial y castigó esa osadía aprovechando que su rival demostró ser completamente incapaz de frenar a sus extremos. Francia ya está en semifinales y España tendrá que esperar a 2021 para tratar de ganar la estrella que le falta.