El partido disputado en Vallecas es uno de esos que crean afición. Rayo y Villarreal nos deleitaron con un partidazo, en el que abundaron los goles, pero que dejó a ambos insatisfechos.
Se adelantó primero el Villarreal, pasada la media hora de juego, tras el clásico intercambio de golpes. El Rayo no renunció a su estilo, valiente, temerario, y Samu hizo bueno el resbalón de Álex Moreno.
El Villarreal estuvo rondando el gol, más por demérito de la zaga del Rayo, en especial un muy fallón Abdoluaye Ba, pero el tanto llegó por el otro costado. Samu hizo un exquisito quiebro en el área para sentar a Amat y batió a Dimitrievski con un genial disparo cruzado.
No le perdió la cara al encuentro el Rayo, y al filo del descanso su trabajo tuvo recompensa. Raúl de Tomás empujó en boca de gol un doble centro desde la derecha y en el último suspiro del añadido del primer tiempo igualó la contienda.
El Rayo volvió del descanso mejor que su rival, y buscó sin descanso el segundo, y éste llegó en el 66'. Asenjo repelió un buen disparo de Raúl de Tomás, pero nada pudo hacer para evitar que Álvaro García, recién entrado al campo, aprovechase el rechace.
Y el tanto, en lugar de dar alas al Rayo, hizo el efecto contrario. Míchel reforzó su defensa y el Rayo se echó atrás. El Villarreal comenzó a dominar el partido, a atacar sin cuartel, y el gol del empate no tardó en llegar.
En el 77' pudo haber igualado el encuentro, pero el VAR anuló el tanto al Villarreal, pero tres minutos después Nicola Sansone batió a Dimitrievski con un buen disparo desde lejos, ante el que el portero macedonio pudo haber hecho mucho más.
El empate espoleó de nuevo al conjunto franjirrojo, y pese a jugar todo el tiempo de añadido con uno más, el Rayo no pudo volver a ponerse por delante en el electrónico.
Al final, un empate a dos goles que gustó al aficionado neutral, y dejó con mal sabor de boca al resto. Los dos pudieron ganar, los dos pudieron perder, así que un empate, visto lo visto, no parece tan malo.