La afición blanquiazul no aguanta más. Tras la derrota ante la Real por goleada, despidieron al equipo con gritos de "fuera, fuera" y sonoros silbidos. El técnico estaba convencido de la victoria ante el equipo vasco, pero fue un desastre.
Y es que el Espanyol está inmerso en una fuerte crisis. A un punto del descenso, sin director deportivo y con un entrenador que no es capaz de revertir la situación, el Consejo que preside Chen Yansheng habría decidido despedir al técnico.
La directiva ya despidió, de la noche a la mañana, a Sergio González, cuando el equipo estaba en duodécimo puesto y sólo había conseguido 17 puntos en 15 jornadas. Ocho jornadas después, le va a tocar salir a Galca.
Incluso la cúpucal espanyonlista ya habría elegido sustituto, según la cadena 'Cope': Joaquín Caparrós. El entrenador tiene una amplia experiencia en Liga, ya que dirigió al Villarreal, el Sevilla, el Dépor, el Athletic, el Levante y el Granada.
El rumano no ha sabido manejar el grupo y había perdido la confianza de bastantes jugadores, con razón, que sentían que no el técnico no les valoraba.
Le pidió a Òscar Perarnau, ex director deportivo, que les comunicase a Rober, Raíllo, Montañés y Fuente que no contaría con ellos. Después, cuando no se pudieron colocar en el mercado de invierno, tuvo que intentar que se sintieran útiles en el equipo.
Tampoco con la portería estuvo acertado. Presionó para fichar a Arlauskis y le dio la titularidad, en detrimento del canterano Pau López, ante el Real Madrid. Fue algo incomprensible, ya que el nuevo guardameta del Espanyol sólo había entrenado dos veces con sus compañeros.
A todas luces no estaba preparado para un duelo en el Bernabéu, donde el equipo blanquiazul encajó un 6-0. Pau ya sentía que no contaba para Galca y, entonces, el técnico le sacó en el segundo tiempo ante la Real porque Arlauskis alegó molestias para no salir tras la reanudación.
La afición ha mostrado, una vez más, su desacuerdo con Galca, aclamando al canterano. En la segunda parte, además, le dedicaron gritos al resto de jugadores y les acusaron de mercenarios, con la paciencia agotada.