Corría el minuto 36 de partido en el estadio blanco, cuando Gareth Bale se tiró al suelo y se echó la mano a su sóleo izquierdo, la sexta vez que le ocurre esta temporada. Disputaba su partido 100 en Liga, pero no será de grato recuerdo para él, mi por el resultado que cosechó su equipo, ni por el rendimiento propio durante el mismo.
El galés suma en total 17 lesiones de diferente índole con la camiseta blanca. Ocho de ellas las han sufrido sus sóleos, dos el derecho y seis el izquierdo. La última ante el Barcelona, equipo ante el que jugó sin estar recuperado al 100%.
La nueva lesión de Gareth Bale pone en entredicho a su entrenador, Zinedine Zidane, que arriesgó colocando al jugador desde el inicio, condicionó el desarrollo del encuentro y forzó a su jugador innecesariamente, provocando la recaída del atacante.
La consecuencia de todo este proceso de interminables lesiones sin recuperar, y que se solapan unas con otras, es la poca confianza que ahora mismo tiene el jugador en sus sóleos. Juega condicionado mentalmente por el miedo a recaer en cualquier momento. Todavía existen sombras sobre si afecta o no la protrusión discal que se le detectó en 2013 a la manera de correr, y que le ha llevado a adoptar algunas medidas desesperadas.
A finales de la temporada pasada apareció con agujeros en las medias, y según la prensa inglesa llegó a pensar que la posición en la conducción de su Lamborghini aumentaba la posibilidad de lesión. El resultado fue la renuncia a su apreciado coche. Pero no dan con la tecla.
La cinta antigravedad de la NASA que hay en Valdebebas y que le permite correr soportando sólo el 20% de su peso corporal se ha convertido en rutina para él. El problema es que la competición y los partidos se juegan en terrenos de juego de cesped, y es allí, en los esfuerzos máximos, donde el sóleo del galés no soporta la presión.
El extremo apenas ha jugado el 40% de los minutos esta temporada, un insuficiente bagaje para un jugador con contrato de estrella mundial. Además, conmienza a estar estigmatizado por las lesiones y se le incluye ya en listas de dudoso honor, como la de los 'jugadores de cristal' del equipo blanco, junto a ex madridistas como Robben, Kaka o Woodgate.
Con un mes de competeción por delante, parece más que complicado que Bale puede recuperarse y llegar en plenas facultades a los encuentros de vital trascendencia que le esperan al equipop blanco. Otra historia será, si su entrenador continúa con su obsesión por la 'BBC', aún a sabiendas de que pone en riesgo la salud de alguno de sus futbolistas, como quedó demostrado en el 'Clásico'.